Servicio de vacunación
Desde el punto de vista Médico-Laboral se recomienda su aplicación, ya que contribuye a disminuir el ausentismo provocado por los síntomas de gripe, durante la época invernal.
Las vacunas antigripales, fueron incorporadas al calendario de vacunación obligatorio a partir del año 2011.
La inmunización disminuye considerablemente las complicaciones provocadas por el virus de la influenza, en las personas pertenecientes a grupos de riesgo: lactantes, personas con enfermedades cardíacas, respiratorias, diabetes, adultos mayores a 65 años y embarazadas, entre otros. Es importante que las empresas consideren evitar el contagio al resto del personal sano no inmunizado con la vacuna.
Signos y síntomas
La gripe estacional se caracteriza por el inicio súbito de fiebre, tos (generalmente seca), dolores musculares,
articulares, de cabeza y garganta, intenso malestar y abundante secreción nasal. La tos puede ser intensa
y durar 2 semanas o más. La fiebre y los demás síntomas suelen desaparecer en la mayoría de los casos en el
plazo de una semana, sin necesidad de atención médica. No obstante, en personas con alto riesgo (véase más abajo)
la gripe puede ser una enfermedad grave.
Epidemiología
La gripe estacional tiene fácil propagación y se transmite rápidamente en entornos como las escuelas y las residencias
de ancianos. Al toser o estornudar, las personas infectadas dispersan en el aire, a distancias de hasta 1 metro,
gotículas infecciosas (con virus), infectando así a las personas cercanas que inspiran esas gotículas.
El virus también puede transmitirse por las manos contaminadas. Para prevenir la transmisión hay que lavarse
las manos frecuentemente y cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al toser. En los climas templados las epidemias
estacionales se producen sobre todo durante el invierno, mientras que en las regiones tropicales pueden aparecer durante todo el año, produciendo brotes más irregulares.
El periodo de incubación (tiempo transcurrido entre la infección y la aparición de la enfermedad) es de unos 2 días,
pero oscila entre 1 y 4 días.
Tratamiento
Pacientes con gripe estacional no complicada:
Los pacientes que no pertenezcan a grupos de riesgo deben recibir tratamiento sintomático y ser advertidos de que,
si presentan síntomas, se queden en casa para reducir el riesgo de transmisión. El tratamiento se centra en el alivio
de los síntomas, como la fiebre. Si su estado se deteriora, deben buscar atención médica. Los que pertenezcan a grupos con alto riesgo de padecer enfermedad grave o complicaciones (véase más arriba) deben recibir antivíricos lo antes posible, además del tratamiento sintomático.
Los pacientes con enfermedad grave o progresiva asociada a la gripe (es decir, síndromes neumónicos, septicemia o exacerbación de enfermedades crónicas subyacentes) también deben recibir antivíricos lo antes posible.
Prevención
La forma más eficaz de prevenir la enfermedad es la vacunación. Hay vacunas seguras y eficaces que se vienen utilizando
desde hace más de 60 años. La inmunidad de origen vacunal se atenúa con el tiempo, por lo que se recomienda la vacunación anual.
Las más utilizadas en el mundo son las vacunas inyectables con virus inactivados.
En los adultos sanos, la vacunación antigripal es protectora, incluso cuando los virus circulantes no coinciden exactamente con los virus vacunales.
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